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Plaza de la República, un centro de historia

Por Pablo Santiesteban / 6 de noviembre de 2020
La glorieta de la Plaza de la República tiene más de 100 años, pues hay registros fotográficos de que en 1915 ya estaba en el lugar que ocupa actualmente.
Es el punto más antiguo de la ciudad de Valdivia, pues se cree que está desde la fundación de 1552 cuando se levantó como Plaza de Armas.
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Es el sector más antiguo de la ciudad, la actual Plaza de la República de Valdivia se levantó junto con la fundación de la actual capital de Los Ríos el 9 de febrero de 1552. Tal como era la costumbre urbana española, se le conoció como Plaza Mayor o de Armas de Valdivia y, se cree, era una antigua cancha de palín que usaban los huilliches en la época en que el cacique Leochengo era el gran señor de todo el valle.

Los conquistadores españoles seguían el modelo castellano para levantar sus ciudades coloniales, vale decir, diseñaban las calles conforme a un trazado perpendicular y en el centro se situaba la Plaza de Armas, donde se encontraban las autoridades locales y religiosas. En los primeros años de vida urbana se instaló una feria libre donde se comercializaba alimentos y otros productos.

Tras la toma de Corral y Valdivia por los patriotas, al mando de Lord Cochrane, la plaza fue bautizada como de la República, siendo la única ciudad chilena cuya plaza tiene ese nombre.

Este punto neurálgico de la ciudad tiene varios elementos que la distinguen como los tilos plantados alrededor de todo su espacio, la glorieta de estilo victoriano y las bancas para los transeúntes.

CAMBIOS

Desde los primeros años de la República la plaza fue el centro para la celebración de procesiones o carnavales. En situaciones de emergencia la gente se reunía en la plaza porque era el punto que brindaba seguridad, tal como ocurrió en 1904 con el incendio de la sastrería Russ que quemó varios edificios en el centro de la ciudad o para el terremoto de 1907 que destrozó varias casas.

Pero el gran cambio para este punto neurálgico y para todo el Barrio Centro ocurrió el 13 de diciembre de 1909 con el episodio conocido como el Gran Incendio de Valdivia. El siniestro se inició a las 00.30 horas y destruyó 18 manzanas de la ciudad. Se cree que todo empezó en la primera cuadra de la calle Picarte y como el viento sur arreció llevó las llamas hacia la plaza y quemó los arces que había plantado Carlos Anwandter años atrás.

El fuego se hizo imparable ya a las 7 AM y a las 12 horas el incendio alcanzaba los edificios grandes de madera de la costanera a lo largo de cuatro cuadras.

Tras el desastre, hubo una época de resurgimiento para la ciudad que se notó en el tipo de arquitectura que se levantó del tipo Art Nouveau, un estilo que fue muy popular entre 1890 y 1910 en Europa que se inspiraba en formas naturales como las curvas de plantas y flores que daban una sensación de dinamismo y movimiento, a menudo dado por asimetría, y el uso de materiales modernos, particularmente hierro, vidrio, cerámica y luego concreto. 

Un clásico ejemplo de este arte es la glorieta de la plaza que se levantó después del incendio de 1909. La glorieta aparenta ser de estilo victoriano, pero arquitectónicamente hablando ese es un estilo más rígido y recto, por eso podría ser clasificada como Art Nouveau, con más curvas en su cúpula y elementos inspirados en la naturaleza que se reflejan en las barandas. El mismo estilo clásico se puede apreciar en algunos edificios del paseo Libertad.

La glorieta afianzó más el punto de encuentro de la ciudadanía valdiviana, pues se hicieron muy populares las retretas musicales de los días domingo donde bandas alemanas o las del ejército o de colegios interpretaban desde música clásica hasta temas populares. Dicha costumbre decayó a principios del siglo XXI.

Asimismo, los arces quemados en 1909 se reemplazaron por los actuales tilos que buen sombra entregan en la época de verano.

LA HISTORIA HABLA

También a mediados del siglo XX se ubicaron los bustos de Fray Camilo Henríquez, Vicente Pérez Rosales y Diego Portales, pero con el último arreglo de la plaza, a fines del siglo XX, durante la alcaldía de Jorge Sabat, sólo se mantuvieron los bustos de Henríquez y Pérez Rosales y se añadieron dos piletas.

En abril de 2014 la historia pareció gritarle fuerte a los valdivianos del siglo XXI cuando en medio de excavaciones preliminares al proyecto de estacionamientos subterráneos, se encontraron osamentas humanas. Tras una serie de estudios se comprobó que los restos humanos databan de la época colonial. Al principio se creyó que la plaza había sido un cementerio, sin embargo el padre Gabriel Guarda aportó el dato de que al costado norte de la plaza estaba la iglesia Santa María la Blanca y junto a ella se situaban los cementerios. Era costumbre enterrar en la parte baja de las iglesias a las personas que aportaban a las iglesias, especialmente gente de origen noble o familias pudientes, por lo que bien puede que esos restos humanos hayan sido sepultados en el ya desaparecido templo de la época colonial. Pero además de esa iglesia estaba la Iglesia Matriz (actual Catedral) donde es probable que también se haya sepultado a personas.

Actualmente la plaza de la República de Valdivia sigue siendo el centro principal del quehacer ciudadano, desde los desfiles cívico militares al frente de la intendencia, actos culturales o urbanos, encuentros después de las misas en la Catedral, celebración de triunfos deportivos y punto clave para las protestas sociales de todo tipo.

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