“Igual cuesta, pero estamos más tranquilos porque le vamos a hacer una despedida como ella se merece”, expresa María Abello Mancilla, durante el velorio de su hermana Marisol.
La osornina, madre de tres pequeños hijos, fue asesinada hace 24 años por su esposo, Carlos Silva Mancilla, quien la enterró en una de las caballerizas del Club de Campo de esta comuna.
En conversación con Diario de Osorno, María añadió que al fin la familia tendrá un lugar donde poder visitar a su hermana, cuyo cuerpo fue hallado en el recinto donde él trabajaba cuando la asesinó en 1998.
Ello fue posible luego que el domingo 5 de junio, sintiéndose muy enfermo y abatido por el peso de la conciencia, Carlos Silva contó a una de sus hijas que Marisol no los había abandonado, como siempre les dijo.
Entonces confesó que, tras planearlo durante cuatro días, la había matado por celos y la enterró en una de las caballerizas del recinto ubicado en la Ruta Internacional 215.
Tras recibir la denuncia, detectives de la Brigada de Homicidios (BH) de Osorno y peritos del Laboratorio de Criminalística Puerto Montt, acudieron hasta el lugar indicado por el hombre. Ahí hallaron osamentas y vestimentas que pertenecían a la mujer desaparecida.
Este mediodía, Diario de Osorno dialogó con María durante el velorio de Marisol, que se desarrolla en la sede social de calle 12 de Octubre, frente a la escuela Sociedad Socorro de Señoras, en la población Quinto Centenario.
En la ocasión, la hermana contó que realizarán un responso del culto evangélico la tarde de este jueves 13 de octubre, a las 19 horas.
Añadió que este viernes 14 se llevará a cabo un nuevo responso a las 14:30 horas.
Luego, trasladarán a su hermana hasta el Cementerio Municipal de Rahue Alto donde, al fin, podrán darle sepultura tras su funeral que se iniciará a las 16 horas.
Consultada respecto de los resultados de los exámenes practicados al cuerpo de Marisol, en el Servicio Médico Legal de Concepción y Santiago, María dijo que no tienen antecedentes al respecto.
“Lo único de lo que nos preocupamos fue de que la entregaran lo más rápido posible, porque ya era demasiado el sufrimiento, tanto para sus hijos como para mis padres y nosotros como hermanos”, comenta a Diario de Osorno.
Y agregó que, si bien desde que la hallaron les dijeron que era poco probable que el asesino confeso fuera juzgado y sentenciado, la familia está a la espera de la citación del juzgado, para saber qué pasará con Carlos Silva.
“Esperamos que se haga justicia”, expresa María, ilusionada en que no se aplique la prescripción al crimen de su hermana ocurrido en 1998, cuando ella tenía 31 años.
En cuanto a los tres hijos de Marisol, quienes al momento de su desaparición tenían 4, 8 y 10 años, contó que los tres estaban en ese momento en el velorio, junto a sus familias.
Y acotó que Marisol, Ruth y José siguen sin querer acercarse, ni menos hacerse cargo del hombre que asesinó a su madre, y quien hoy vive solo en su casa.
“Yo nunca dudé que mi hermana no se iba a ir de su casa, menos sin sus hijos”, enfatiza María Abello, quien indica que tras su desaparición entregó antecedentes que obtuvo a través de mentalistas.
“Nunca me hicieron caso. Tendría que haber estado en la escena del crimen para haber tenido otras pruebas”, concluye la hermana de Marisol Abello Mancilla.
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