“Este monumento es un homenaje a todos los perritos que sobreviven en la calle”, señala una placa ubicada en la escultura de Don Luis Apolo, el emblemático perro osornino cuya estatua fue inaugurada en calle Lastarria con Lynch.
La obra, que fue regalada a la ciudad por el destacado artista osornino Roberto Rosas Barría, fue presentada a los vecinos de esta ciudad en una distendida ceremonia desarrollada la tarde de este miércoles 4 de octubre.
Al respecto se refirió Mario Uribe, presidente de la Cámara de Comercio del tradicional Barrio Lynch.
“Mucha gente no sabe su historia, pero a él lo abandonaron en esta calle Lastarria, se crio y vivió su juventud en este barrio, donde la gente lo cuidó. Le gustaba mucho la bulla, así que cuando había una protesta siempre partía para el centro e iba adelante, llevando la batuta”, recordó el dirigente gremial.
“Ya basta de dejar perritos y otros animalitos abandonados en las calles, porque da mucha pena”, comentó Uribe, quien además destacó que la osornina Hilda Madrid lo haya adoptado cuando tenía 19 años y ya estaba muy enfermo.
En tanto, el escultor recordó cómo se gestó la idea de crear una estatua de Don Luis Apolo, “para representar en él a todos los perritos que no son cuidados en las ciudades”, según expresó Rosas.
El artista local relató que, junto con intentar representar lo más fielmente posible al querido perro osornino y embellecer a su ciudad, la idea era que el mensaje llegara a la comunidad y fuera acogido por el alcalde Emeterio Carrillo, para que autorizara su instalación en la vía pública.
Roberto Rosas, autor por ejemplo de la escultura de Martín Vargas ubicada frente al Club México, también en el Barrio Lynch, además es el creador de obras de madera que hoy se encuentran en lugares públicos, desde la Región del Biobío hasta la de Aysén.
En este contexto, el alcalde agradeció que el artista local haya regalado a la ciudad esta obra, recalcando que no está orientada “a fomentar la vagancia de nuestros animales”.
“Muy por el contrario, lo que queremos que esta escultura refleje es que no queremos más Luis Apolo, y llamar a todos y todas a ser más responsables con la tenencia de mascotas. No basta con recibir un animal en un hogar, porque es un ser vivo, que requiere de un trato y de un cuidado especial”, subrayó el jefe comunal.
Además, Carrillo tuvo palabras de elogio para valorar la forma en que Hilda acogió y adoptó este emblemático can osornino.
“Le damos las gracias por todo el tiempo que le ha dedicado y la manera en la que acogió a Don Luis Apolo, con un cariño especial, como debe ser, pensando que es un ser vivo que necesita cariño y cuidados”, enfatizó el alcalde, quien además instó a la comunidad a cuidar esta obra que es de todos y todas.
La emoción y también las risas llegaron con la intervención de Hilda Madrid quien, tras preocuparse y ocuparse de Don Luis Apolo durante años, lo adoptó el 2021 brindándole un hogar, pero por sobre todo un amor incondicional.
La osornina partió por recordar que esta escultura es la materialización de un sueño que planteó Carlos Muñoz, creador de la página de Facebook Dos Luis estatua Osorno.
“Él lo conoció desde que Don Luis era muy jovencito y se preocupaba de él”, recordó Hilda, quien señaló que Carlos buscaba, a través de esta estatua, relevar la realidad de viven miles de perritos en las calles de Osorno y de otras ciudades.
Luego vendría su ameno relato de las numerosas veces que Don Luis Apolo encabezaba las marchas, más allá de la causa que se persiguiera, granjeándose así el cariño transversal de los osorninos, que le daban agua, comida y lo regaloneaban con las galletas “Carioca”, que él agradecía moviendo la cola y mirando con una infinita ternura.
Así, también relató las veces en que ella lo buscaba por los sectores que él frecuentaba, para darle comida y agua.
“Los carabineros pasaban en el furgón y me gritaban ‘vienen bajando por Lynch’, porque ya me conocían y me veían con las botellas y bolsas”, contó con gran histrionismo.
Incluso recordó un día que un carabinero la sorprendió en esas labores durante la pandemia, en una de las tantas cuarentenas que hubo en Osorno y sin salvoconducto. Su ingenio y simpatía le permitió sortear ese momento.
“Le planteé la idea de la escultura al alcalde y me pidió 200 firmas. Caminé harto y en dos días junté más de 500 firmas, y la mayoría de esas personas eran del barrio Lynch”, valoró Hilda, al comentar que la estatua fue instalada en este sector, donde su “hijo adoptivo” fue abandonado y donde la gente lo cuidó.
Asimismo, agradeció a todos los animalistas de la ciudad, de las distintas agrupaciones y también a las personas que apoyan la causa de la tenencia responsable de las mascotas.
“Todos luchamos de una u otra manera, por seres indefensos que solamente merecen el amor de nosotros. Uno no puede adoptar a todos, pero todos sí podemos adoptar a uno”, subrayó una Hilda Madrid.
Al cerrar su intervención, la “madre” de Don Luis Apolo además agradeció la obra donada por el escultor osornino, entregándole un regalo que emocionó al artista, pero también a muchos que presenciaban la ceremonia.
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