“Cuando encontramos a una de las personas a unos metros de la cumbre del volcán Osorno, estaba en estado de shock, no se movía, no hacía nada. Si nosotros no lo encontrábamos, no sé qué hubiera pasado con el”.
Así dice Marcelo Pérez, uno de los montañistas que por esas cosas de destino y la fortuna participó en el rescate de dos personas que habían sido abandonadas en lo alto del volcán por parte de un guía de turismo.
Marcelo junto a Nicolás Schlageter y Guillermo Sáez se convirtieron de pronto en los salvadores de dos turistas, un hombre de Chiloé y una mujer de Puerto Montt, quienes habían sido dejados a su suerte es una zona de difícil acceso, una pared de hielo que solo es abordable para personas con altos conocimientos en la técnica de desescalamiento.
En la alta montaña cualquier error se puede pagar con la vida y el hecho que estos turistas se hayan encontrado con estos especialistas en el tema es prácticamente un milagro
“Estábamos bajando de la cumbre cuando Nicolás vio de reojo a una persona que estaba en una zona de muy difícil acceso y nos gritaba por ayuda. Fuimos donde él y vimos que estaba lesionado de un pie, inmóvil, entumido y con mucho miedo”, cuenta Marcelo Pérez a Diario de Valdivia.
Guillermo, Nicolás y Marcelo pertenecen a la fundación educacional Cerro Arriba y este domingo estaban realizando una actividad habitual dentro de su planificación mensual para la prueba de elementos. Nunca pensaron que las vidas de dos personas estarían en sus manos.
“Cuando encontramos a esta primera persona dimos cuenta a Felipe Ojeda quien coordinaba las comunicaciones radiales con el centro de ski, y le informamos que encontramos a este hombre en difíciles condiciones. Le dimos la primera contención y atendimos para emprender el descenso”, comenta Pérez.
-¿Fue difícil?
“Sí porque él estaba lesionado. No se podía mover y debimos tomar todas las medidas de seguridad necesarias para bajar sin problemas. Lo aseguramos con una cuerda. Descendimos varios metros y encontramos a la segunda persona. Era una mujer de unos 30 años que había bajado sola, pero estaba desorientada”.
-¿Cómo estaba?
“Ella había tomado el mismo tour. Cuando la pillamos se puso a llorar. Estaba en un lugar súper expuesto. Si alguien cae ahí se muere. Pasar la noche ahí en una pared de hielo sin anclaje, cuerdas, sin nada, es morir. Estaba entregada”.
-¿Las personas tenían algún conocimiento de escalada?
“Son aficionados. Hay personas que pagan por un tour y muchas veces no se les pide conocimientos previos. Es cosa de verlos en internet”.
-¿Les preguntaron cómo habían llegado hasta ahí?
“Claro. Habíamos visto al grupo hacia la cumbre. Estas personas nos dijeron que el guía los había dejado botados, le gritaron por ayuda, pero se fue”.
-Fue un milagro que ustedes hubieran estado ahí en ese momento, ese día…
“Sí. Pasaron cosas que nos llevaron a estar en el instante preciso. Si hubiéramos bajado antes no los hubiéramos encontrado y esos chicos se mueren. Nunca había pasado con algo similar, con estas características técnicas ni en un lugar como ese”.
-¿Dónde dejaron a los rescatados?
"Los llevamos al centro de ski del volcán Osorno. Allí estaba el guía dando explicaciones a Carabineros.
-¿Qué les decía?
“Que eran amigos, que él no era su guía. Esa es su forma de eludir su responsabilidad”.
-¿Qué recomendaciones se pueden hacer en este tipo de casos?
"Primero ver que los tours cuenten con guías certificados, los equipamientos y medidas de seguridad adecuadas. Que sean empresas formales y con alguna recomendación.
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