Como Carlos Urra Mora y Rodrigo Pérez Zapata fueron identificadas las personas asesinadas en enero de este año por una violenta banda delictual que se dedicaba al narcotráfico, secuestro y tortura en Osorno.
Esta semana la fiscalía local y PDI informaron que los principales cabecillas e integrantes del peligroso grupo fueron detenidos y permanecen en prisión preventiva. (Ver nota relacionada)
El caso causó conmoción en Osorno dada a violencia con la que este grupo de personas -todos chilenos y la mayoría con domicilio en la zona- actuaba para acabar con sus rivales y víctimas.
El caso de Carlos Urra Mora fue inédito en la región. Su cuerpo fue encontrado en el río Chirre en la comuna de Río Bueno.
El hallazgo lo hicieron unos jóvenes que buscaban nalcas.
Posteriormente se informó que el cuerpo se encontraba envuelto en una sábana, estaba amarrado de pies y manos, y presentaba signos de hacer recibido un disparo en la cabeza.
En enero de este año la familia de Urra había interpuesto una denuncia por presunta desgracia, ya que éste había salido de su hogar y no se había comunicado con su familia, algo que era habitual en él.
En aquellos días, Grupo DiarioSur se contactó con la hermana de Urra, Daniela, quien señaló que "él dejo de comunicarse con nosotros desde el 4 de enero. Pasaron los días y nos pareció muy raro que él no nos contactara, ya que habla todos los días con nosotros. Esa fue nuestra mayor alerta de su desaparición”.
La hermana contó que, tras haber estado trabajando en Ancud, Carlos llegó poco antes de esta Navidad a vivir al campamento “Por un Futuro Mejor” junto a su pareja, a quien dijo han visto un par de veces, pero conocen muy poco.
Finalmente, Urra sería encontrado muerto.
El caso de Rodrigo Pérez Zapata es igual de impactante. Fuentes de Grupo DiarioSur , señalaron que éste habría sido testigo presencial de la muerte de Urra.
El cuerpo de Pérez fue hallado quemado en el camino a Puerto Octay el 12 de enero pasado.
Se supo que en vida Pérez habría sufrido una terrible golpiza, ya que su cuerpo presentaba varias fracturas, algunas de ellas craneales que evidenciaban el uso de algún elemento contundente.
Pero además tenía signos inequívocos de un disparo en el cráneo lo que probablemente fue el tiro de gracia.
De acuerdo con lo informado por la fiscal jefe de Osorno, María Angélica de Miguel, los integrantes y los líderes de esta banda están en manos de la justicia.
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