Ponle ritmo: Conoce a Juan "Lana" Paredes, el mejor lustrador de La Unión

Este querido personaje de la capital de Ranco cultiva el oficio desde hace más de 60 años.

Allá por los años 50 un deprimido Johnny Cash –famoso cantante de folk norteamericano- se sentó ante un lustrador de zapatos y, resignado con la vida, se fijó en la alegría con la que éste realizaba su trabajo. Una lustrada aquí, una lustrada allá. Notó un ritmo y compuso el que a la postre sería su primer éxito, la canción que se podría decir que le salvó la vida: Get a Rythym (Ponle Ritmo).  

La canción trata sobre todo lo que el cantante piensa mientras contempla la sonrisa del lustrador mientras ejecuta un trabajo que todos consideramos tedioso y repetitivo; es una oda a cómo, aún haciendo la tarea más rutinaria, los seres humanos tendemos a crear un ritmo barriendo, lavando platos o lustrando zapatos, todo para, por medio de la belleza, hacer de la vida algo más llevadero y agradable.

No se puede evitar recordar esta clásica canción cuando se conoce la historia de Juan Segundo Paredes Carrasco, 77 años, también conocido como Lana, quien lleva lustrando zapatos en la Plaza de la Concordia de La Unión desde el terremoto del 60, sólo un par de años después de compuesta la canción reseñada.

¿Cuántos zapatos? ¿Cuántas embetunadas? ¿Cuántos años? Y todavía no pierde su encantadora sonrisa, la cual lamentablemente no pudimos ver dado que respeta a rajatabla las medidas sanitarias (ya tiene sus 3 vacunas puestas).

Don Juan le contó a Diario La Unión que, desde que se escapaba del colegio para ejercer este oficio, por su cepillo lustrador han pasado las máximas autoridades y los más prominentes empresarios de la ciudad lechera. 

A lo largo de todo este tiempo, se ha ganado la vida zapato a zapato, cobrando hoy mil pesos por su servicio, el que toma 5 minutos.

Dice que, con al menos 5 lustradas diarias, salva la jornada, por lo que aprovechamos de invitar a todos los habitantes de esta pintoresca ciudad, y alrededores, a darse el tiempo de conocerlo. Está en el lugar indicado “poniéndole ritmo” de lunes a viernes desde las 7 de la mañana a las 2 de la tarde… hasta, como dice él, “que Dios se lo permita”.