Después de haber estado en lugares tan distantes y cosmopolitas como Amsterdam, Bakú, Osaka, Sydney, Sao Paulo y Hong Kong, el pato de hule gigante, o Rubber Duck, llegó nada menos que a la costanera de Valdivia.
Esta obra del artista neerlandés Florentijn Hofman -Holanda ya no existe, ahora se le puede llamar solo Países Bajos- causó un verdadero revuelo desde su llegada a la costanera de Valdivia, motivando la visita de miles de personas y de cientos de miles de stories y selfies.
Cabe preguntarse, tal como se ha hecho en todos los lugares dónde ha estado, ¿es este pato de 20 metros de alto una obra de arte?
En Santiago, por ejemplo, críticos de arte cuestionaron en el Mercurio la calidad artística de esta instalación diciendo que las obras del Festival Entel Hecho en Casa “no tienen ninguna propuesta o visión política” (cortesía del curador de la Galería de Arte Nemesio Antúnez, Rodrigo Troncoso), mientras que Elisabeth Neira, performista y artista visual, señaló que este “patito todo lindo me parece un desacierto evidente, una imagen tan ingenua cuando este país está pasando por cosas sumamente graves”.
Artistas y gestores culturales locales, en tanto, se tomaron al popular pato de 20 metros de manera un poco menos grave.
"Las intervenciones urbanas no tienen necesariamente que ser arte. Las intervenciones urbanas van más asociadas al espacio físico y a la reacción que se quiere generar" abre explicando Catalina Matthei, gestora y emprendedora cultural que se desempeña en la Corporación de Amigos de Lago Ranco.
Yendo a la fuente original, Florentijn Hofman ha declarado que su arte consiste en esculturas gigantes de objetos cotidianos que tienen el fin de hacer más felices las vidas de las personas que los contemplan. El propósito de su arte es promover un mensaje de curación.
Esta intención de parte del artista toma especial significación en el contexto de una ciudad abatida por el COVID y el encierro. No serán pocos los niños y niñas que recordarán el pato de hule y sus amigos como la primera vez que asistieron a un evento masivo al aire libre en su ciudad. Sin duda, démosle un punto a Hofman y al festival Hecho en Casa.
El colectivo artístico Quarzo de Valdivia también hace una análisis positivo de esta experiencia que culmina este viernes.
“Desde la perspectiva regional del sur de Chile pensamos como artistas locales que todas las expresiones del arte público son válidas e importantes sobre todo hoy con nuestra nueva realidad, desde la pandemia y desde los procesos histórico políticos. Sin dudas entregan una mirada de la fuerza del arte público que conecta con la ciudadanía que disfruta mucho de ver arte con estos lenguajes de instalación que son nuevos en nuestra región, mas aun en espacios tan ricos de naturaleza como el río Calle-Calle y la costanera de Valdivia”, concluyen.
¿Y qué piensas tú de esta fugaz instalación urbana y su visita a Valdivia? Déjanos tu comentario.
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