Fue exactamente hace un año, un 16 de marzo del 2020, que el Intendente de Los Ríos, César Asenjo, confirmó un rumor que ya circulaba de boca en boca por toda la ciudad: Valdivia ya tenía su primer caso positivo de Covid-19.
Se trataba de una lactante que, curiosamente, no infectó a otros miembros de su hogar, dando una primera lección de lo caprichoso e impredecible que sería el comportamiento de este virus en nuestra ciudad.
Tras los primeros días de paranoia colectiva, se produjo un preocupante peak que confirmó los peores miedos: el 10 de abril ya acumulábamos 72 infectados. Todo parecía indicar que más temprano que tarde, el Hospital Base y los distintos centros de salud de la ciudad colapsarían.
LA CIUDAD EJEMPLO
No obstante, algo ocurrió. La curva descendió y se mantuvo bajo control durante el resto del mes de abril, durante mayo y junio. Tres contagios un martes nueve de junio, dos el miércoles diez, cero el jueves once y cuatro el viernes doce. Cuando leíamos en el teléfono que los contagios diarios llegaban a rozar los diez, todos sosteníamos el aliento unos segundos. Nos preocupábamos. ¿Y qué tal si de esos ocho contagiados, uno es asintomático y contagia a su familia, o va a trabajar? El “bicho” se podría expandir, podría pasar lo mismo que en el resto de Chile.
Y es que el resto del país vivía en esos días de junio en un estado de calamidad, llevando a Santiago a ser la capital del mundo con más contagios diarios. Ciudades vecinas como Osorno, Temuco y Puerto Montt ya contaban con brotes significativos.
Sólo el día 20 de julio, Valdivia superó ese tempranero peak de 72, con 74 casos activos, pero la curva volvió descender. No importaba lo que ocurriera en Chile o en el resto del mundo, la capital regional no superaba, salvo contadísimas excepciones, los 10 contagios diarios: Éramos la ciudad ejemplar.
Tanto es así que, a fines de julio, la ciudad fue declarada en Apertura Inicial, en el marco de un nuevo plan del gobierno bautizado como “Paso a Paso”. En dicho plan, las distintas comunas del país debían obedecer distintos niveles de permisividad para transitar. Valdivia partió con varios pasos adelantados en la Fase 4. Los valdivianos podían circular libremente, excepto por las horas de toque de queda. Las tiendas permanecían abiertas e incluso los bares y restoranes comenzaron una tímida reapertura con un límite de 25% de su aforo.
El país dejaba atrás sus momentos más críticos y aquí, en el sur, el frío y húmedo invierno, comenzaba a dar paso a los primeros brotes primaverales. Creíamos que lo peor, ya había pasado.
MALDITA PRIMAVERA
Septiembre comenzó con 1 contagio diario y con 53 casos activos. Epidemiológicamente las cifras continuaban siendo buenas hasta que, a lo largo del mes patrio, lentamente, los contagios diarios comenzaron a pasar los 10, los 20 e incluso los 30 casos nuevos, como fue el caso el 27 de ese mes. Tales números eran atribuibles al 18, pero se pensaba que sería algo momentáneo. No fue así.
En el mes de octubre los contagios diarios se estabilizaron sobre 30 y los activos a escalar de manera constante hasta llegar a un peak de 352. Valdivia retrocedió dos pasos y fue relegada a Fase de Transición. Nuevamente pensamos que sería algo momentáneo, pero los números nunca más mejoraron.
A partir de entonces, si bien los casos activos volvieron a disminuir un tiempo, los contagios decían lo contrario. La curva empezó un lento ascenso y Valdivia entró en la temida Cuarentena Total. Nunca más se volvió a menos de 10, luego a menos de 20 y para noviembre se hizo rutinario tener más de 50 contagios diarios.
Para el último mes del año, los contagios diarios se comenzaron a acercar a los 100 y los activos no bajaban de 300. Se acercaban, además, las fiestas de fin de año.
APERTURAS SE VOLVIERON SINÓNIMOS DE BROTES
Valdivia se resignó a estar en Cuarentena por un tiempo, pero, de nuevo, creíamos que sería para asegurar un verano en apertura. Y si bien el gobierno, ante las presiones del comercio y la impaciencia ciudadana, accedió a hacer avanzar a todas las comunas, independientemente de sus cifras, a al menos Fase 2, las cosas no mejoraron. Al contrario.
El 2021 los contagios, esos fríos números que seguíamos día a día, empezaron a verse traducidos en la pérdida de vidas humanas. La mayoría de las comunas de la región, incluida Valdivia, registraban más muertes en dos meses del 2021, que en todo el 2020.
De este modo, y tras un verano en que la ciudad no logró contener su aumento de casos nuevos, comenzamos marzo con la positividad de exámenes más alta del país, con más de 600 casos activos y en Cuarentena Total. Este domingo 14 de marzo, la Subsecretaria de Salud, Paula Daza declaró que la región de Los Ríos, con Valdivia como estandarte, “tiene la situación más compleja del país”. El mito de la ciudad ejemplar, era, a estas alturas, un lejano recuerdo.
UNA LUZ DE ESPERANZA
Ante este oscuro escenario aparece una luz de esperanza. Al día de hoy, 16 de marzo, más de un cuarto de la población regional ya está vacunada con una primera dosis y casi 50 mil con la segunda. En términos proporcionales, Valdivia también cuenta con casi un cuarto de su población vacunada, en su mayoría adultos mayores de 60 años.
De acuerdo al sitio web Timtoherd, a la fecha de hoy, 16 de marzo, casi un 20% de la población está vacunada y nos quedarían solo 67 días para llegar a un 70%, lo que significaría la ansiada “inmunidad de rebaño”, el segundo conteo regresivo más auspicioso del mundo, tras Israel.
No obstante, si algo hemos aprendido como valdivianos este año, es a nunca cantar victoria antes de tiempo.
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